La Gerencia General de Seguridad Ciudadana es la entidad municipal, que propone y ejecuta las normativas municipales, relacionadas con la Seguridad Ciudadana; teniendo como principal lineamiento la Prevención, tanto en el aspecto Situacional (recuperación y control de los espacios públicos) como en el aspecto Social (evitar incremento de males sociales); además de colaborar estrechamente con la Policía Nacional del Perú, en su tarea cotidiana de mantener el orden público y luchar contra la delincuencia.
En la actualidad, entre las políticas públicas más novedosas para el tratamiento democrático de la criminalidad y la violencia, se encuentra una administración balanceada entre el control (acción punitiva y del sistema legal) y la prevención que significa minimizar el alcance y/o la severidad de la delincuencia o evitar que se produzca o repita, mediante la aplicación de programas multisectoriales dirigidos a la población en riesgo.
Por lo tanto planteamos la necesidad de ejecutar dos tipos de acciones para combatir la inseguridad ciudadano
Una primera acción
Debe estar referida a la prevención situacional destinada a dominar el entorno inmediato del delito de tal forma que el potencial delincuente vea disminuida la oportunidad delictiva y abandone la idea de cometer estos actos. En este aspecto se encuentra prioritariamente la presencia de la autoridad policial mediante patrullaje a pie y motorizado. Aquí el Serenazgo Municipal actúa como auxiliar de la policía y por lo tanto debe diseñar un plan de ronda complementario a la Policía buscando abarcar toda la extensión territorial bajo su responsabilidad administrativa.
Una segunda acción
Es la prevención social en la que juega un rol preponderante las instituciones estatales que conforman el Comité Provincial de Seguridad Ciudadana, estas acciones tienen como mira la eliminación o neutralización de los factores que alientan a la delincuencia. Básicamente se trata de programas orientados a mejorar el conjunto de las condiciones sociales y económicas que frecuentemente originan conductas delictivas o favorecen su desarrollo. Desde el punto de vista de la seguridad se debe emprender programas para reducir la violencia intrafamiliar, violencia escolar y el maltrato, prevenir el consumo problemático de alcohol y drogas, detectar precozmente problemas conductuales, apoyar tempranamente a niños y jóvenes en situación de riesgo, intervenir en barrios vulnerables, capacitar a jóvenes en oficios que les permita su desarrollo económico, generar oportunidades de empleo.